Economía circular, un modelo empresarial necesario
El término “economía circular” cada vez está más presente en conversaciones, noticias, artículos…, pero ¿realmente sabemos qué es? Es un modelo económico que modifica la gestión empresarial. Hasta la fecha, la gran mayoría de empresas funcionaban con el sistema económico lineal, un modelo nada beneficioso para el medioambiente que se basa en producir, consumir y tirar.
Frenar el cambio climático y el descontrol de residuos es una necesidad a la que hay que dar solución, y ahí es donde entra la Economía Circular, el camino para que el sector empresarial sea mucho más sostenible. No se trata de una fórmula o de un proceso que hay que seguir a rajatabla, sino de implementar diferentes acciones que repercutirán directamente en el medioambiente.
La economía circular apuesta por la reducción, la reutilización y el reciclaje. Es decir, es una estrategia que busca que una empresa sea responsable con su actividad y los efectos que esta tiene sobre el medioambiente. En términos prácticos podríamos decir que la economía circular tiene, como uno de sus objetivos, reincorporar a la cadena de producción todo el sobrante que en la economía lineal se desecharía.
Esta estrategia circular es un claro reflejo de lo que ocurre en la naturaleza, en la que existe una cadena que se retroalimenta sin causar degradación alguna al medio. Tratando de emular lo máximo posible al medio natural, la economía circular pretende ajustar los stocks, reutilizar productos o maquinaria que está destinada a convertirse en deshechos, y reciclar el producto sobrante o final cuando llega al fin de su vida útil.
En KÖMMERLING la ponemos en práctica
Un ejemplo de todo lo que hemos contado hasta ahora lo tenemos en KÖMMERLING. En la empresa estamos comprometidos con el medioambiente y, por ello, practicamos ese reciclaje y reutilización del que hemos estado hablando. Cuando finaliza la vida útil de una ventana elaborada con nuestros sistemas, se deconstruye y traslada a un centro de reciclaje. El perfil de PVC se recicla al 100% y vuelve a introducirse en la cadena de producción, siendo equivalente en calidad al PVC recién elaborado. Esto mismo también ocurre con los retales de perfiles, tanto de nuestra fábrica como de nuestros fabricantes oficiales.
Además, desde hace más de quince años la formulación con la que se elaboran nuestros sistemas está libre de metales pesados como el plomo, siendo estos sustituidos por estabilizadores beneficios para el medioambiente como son el calcio o el zinc.
Otro ejemplo de economía circular es la construcción de nuestras nuevas oficinas, un edificio cuyo objetivo es que su gasto energético sea cero. Además, para su diseño se ha seguido la metodología LEAN que tiene en cuenta la reducción de residuos.
El último paso que hemos dado en tema de economía circular es obtener la Declaración Ambiental de Producto para dos de nuestros sistemas. Contar con este tipo de informes nos ayuda a localizar en qué fases del proceso productivo se pueden hacer cambios para mejorar su sostenibilidad. Al final, las diferentes acciones tienen un mismo objetivo, reducir nuestro impacto medioambiental y economizar costes.