Calidad del aire interior y salud
Con todo el tiempo que pasamos en espacios cerrados, cuidar y controlar la calidad del aire interior que respiramos es una misión imprescindibe. Resolvemos todas las dudas sobre cómo evitar una mala calidad del aire, qué problemas tiene, etc.
Si tenemos en cuenta la cantidad de tiempo que pasamos en el interior de edificios, ya sea en el trabajo o en casa, entenderemos porqué el aire de su interior puede llegar a afectar tanto a nuestra salud. Son muchas las enfermedades o dolencias que puede llegar a provocar una vivienda mal ventilada o con una mala calidad del aire.
Una vez tenemos claro lo importante que es controlar el aire interior de nuestra vivienda, por nuestra salud y la de quienes conviven con nosotros, surgen varias dudas. ¿Cómo sé si mi vivienda tiene una mala calidad del aire? ¿Qué provoca esa mala calidad del aire? ¿Puedo solucionarlo? Desde KÖMMERLING vamos a tratar de resolver todas estas dudas.
¿Qué factores influyen en la calidad del aire interior?
La buena o mala calidad del aire interior a veces es fácil de detectar y otras no. En más de una ocasión seguro que hemos dicho eso de “el ambiente está muy cargado”, cuando notamos que el aire de un espacio es molesto al respirar. Esa sensación que experimentamos se debe a una mala calidad del aire, que en este ejemplo en concreto suele deberse a una falta de ventilación.
Otras veces la mala calidad del aire la notaremos en nuestro propio cuerpo, experimentando dolores de cabeza, sensación de ahogo, estrés, cansancio… dolencias que posiblemente nos cueste relacionar con nuestra vivienda, pero a las que podemos poner solución. En estos casos las causas pueden ser varias:
- Falta de ventilación o entrada de aire contaminado.
- Problemas de humedades, moho o condensaciones.
- Productos o elementos dañinos (barnices, pegamentos, pinturas, humo de tabaco, uso de calefactores…).
A veces el origen de una mala calidad del aire puede estar en las acciones más simples. La mayoría de veces no somos conscientes que, en tareas tan básicas como la limpieza de la vivienda, utilizamos productos que emiten gases dañinos para nuestra salud (los llamados “Compuestos volátiles”). Si no favorecemos la circulación del aire, esos gases quedan estancos en nuestra vivienda.
¿Cómo puede afectarme la calidad del aire de mi vivienda?
Como hemos empezado comentando, la calidad del aire puede afectar a nuestra salud provocando dolores de cabeza, irritabilidad, sensación de ahogo, tos sea, etc. Sin embargo, si nuestra exposición a una mala calidad del aire es prolongada, las consecuencias pueden ser más graves. Incluso un simple picor de garganta, con el tiempo, puede derivar en algo peor. Respirar aire estanco o contaminado puede acabar provocando asma, rinitis, dermatitis o tuberculosis, entre otras.
No vemos el aire que respiramos, pero… las consecuencias pueden ser suficientemente graves como para preocuparnos por él, ¿no?
¿Cómo consigo una buena calidad del aire interior?
Si tenemos en cuenta las causas que pueden afectar a la calidad del aire interior, las soluciones vienen de la mano. Ventilar puede parecer bastante lógico, pero es la forma más sencilla de renovar el aire que tenemos dentro de casa. Utilizar ventanas oscilobatientes en su eje horizontal es una forma de hacer que el aire circule sin exponernos a fuertes corrientes. Además, una correcta ventilación ayudará a evitar las temidas condensaciones.
Si tenemos deficiencias de aislamiento, es posible que en las zonas que comunican el interior con el exterior de la vivienda (como las ventanas) se formen humedades o incluso moho. ¿La solución? Instalar ventanas de PVC que nos aseguren un buen nivel de aislamiento y hermeticidad.
Por último, es importante dar un paso más como consumidores e informarnos sobre la composición y el efecto de los productos que compramos y/o instalamos. En un mismo producto las diferencias de formulación o desarrollo de una marca u otra, pueden ser clave de cara a su impacto en nuestro bienestar. Por ejemplo, para la fabricación de nuestros perfiles en KÖMMERLING utilizamos una formulación libre de metales pesados, que es respetuosa tanto con el medio ambiente como con el consumidor.
¿Podemos medir la calidad del aire interior? ¿Hay normativas que lo regulen?
Es cierto que en España todavía no existe un sello o certificado que mida el impacto de un producto en la calidad del aire interior, pero nosotros mismos podemos informarnos sobre los productos que utiliza una empresa, los sellos de calidad con los que cuenta, si es respetuosa con el medio ambiente, etc. Dada la importancia que está adquiriendo la calidad del aire interior y los problemas de salud que se está viendo que puede ocasionar, es probable que acabemos contando con un sello como el que ya tienen en Francia.
El país vecino cuenta con la etiqueta “Emission dans l’air interieur” (Emisiones en el aire interior), que clasifica los materiales de construcción y productos que se comercializan en Francia, siendo un sello obligatorio. Esta certificación califica cada producto dentro de esta escala: A+, A, B y C, según el nivel de emisiones de COV (compuestos volátiles) de dicho producto. Recibiendo una C los materiales que emiten un mayor número de emisiones contaminantes. Los sistemas KÖMMERLING en Francia cuentan con esta etiqueta, obteniendo la calificación A+ (muy bajas emisiones).
En cuanto a normativas que regulen la calidad del aire interior, en España el CTE (Código Técnico de la Edificación) lo tiene en cuenta a través de la Sección 3 del Documento Básico de Salubridad. En este documento se marcan unos valores mínimos de caudal de renovación del aire, en función del tipo de edificio y su uso. Además, en su última actualización se incorpora una sección para la Protección frente a la exposición al radón.