¿Ventanas con gas argón sí o no?
Es posible que hayáis oído hablar del uso de gas argón en las ventanas y os estéis planteando si compensa su elección o no. En este post queremos resolver todas vuestras dudas, explicando qué es y cuál es su utilidad en las ventanas.
A la hora de escoger cómo serán nuestras ventanas cada vez nos encontramos con un mayor número de posibilidades. El tipo de apertura (ventanas correderas, ventanas abatibles...), el material del perfil, el tipo de acristalamiento y… también podemos escoger cómo rellenar esas cámaras de aire que separan un vidrio de otro. Al margen del aire común podemos utilizar otros elementos como gas argón, del que hablaremos en este post.
Tras esta breve introducción, entenderemos que cuando hablamos de ventanas de PVC con gas argón realmente estamos hablando de su acristalamiento. Tanto si escogemos ventanas con doble o triple vidrio, el gas argón se introducirá en las diferentes cámaras que separan los vidrios de la ventana. ¿Por qué se utiliza gas argón? El objetivo de su uso respecto al aire común, es que potencia las prestaciones de la ventana, pudiendo mejorar su aislamiento térmico y acústico.
Es importante matizar que si tenemos problemas de aislamiento, hacer uso de gas argón no hará que desaparezcan. Por sí solo, el gas argón no será nuestra solución, sino que debemos tratar de combinarlo con vidrios que incluyan tratamiento bajo emisivo, control solar, etc., según nuestras necesidades. Y en esta elección tampoco debemos descuidar el material del perfil, ya que al final las prestaciones finales de la ventana (el aislamiento que pueda proporcionar a la vivienda), dependerá tanto de la composición de los vidrios como de la elección del perfil.
Características del gas argón:
Para que conozcáis mejor el gas argón y su utilidad en las ventanas, hacemos un repaso por sus principales características:
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Es seguro: Cuando oímos o leemos la palabra “gas” tendemos a relacionarla con el peligro, pero en este caso el gas argón se encuentra de forma natural en la atmósfera, siendo incoloro, inoloro y nada tóxico. Por tanto, en caso de fuga no correríamos ningún peligro ni nosotros ni el medioambiente, simplemente el gas volvería a la atmósfera.
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Aislante, térmica y acústicamente: al ser un gas más denso que el aire normal, favorece el aislamiento, hace que las ondas sonoras reboten y no accedan al interior de la vivienda con tanta facilidad. Esto se cumple siempre que no nos limitemos a rellenar de gas argón las cámaras que separan un vidrio de otro, sino que escojamos minuciosamente la elección de los vidrios.
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Ahorro energético y confort: como consecuencia de la característica anterior, obtendremos un mayor ahorro y confort. La mejora en el aislamiento reducirá el uso de calefacción o aire acondicionado, reduciendo costes energéticos y evitando picos de calor y frío que afecten a nuestro confort.
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Evita condensaciones: es posible que hayamos visto alguna vez condensaciones en el acristalamiento, en ocasiones a causa de recurrir a fabricantes poco cualificados que no han sellado bien la unión de los vidrios al perfil. El gas argón también juega un papel en esto, ya que la deshidratación presente en sus moléculas hace que estas se muevan a menor velocidad y eviten la aparición de condensaciones.
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Precio: si se compara con otros gases que también se utilizan para rellenar los acristalamientos, como xenón o criptón, vemos que el gas argón tiene el mejor balance relación calidad/precio. Es cierto que es más caro que adquirir ventanas con aire normal, pero también nos garantiza un plus de aislamiento.
Tampoco todo iban a ser ventajas, el uso de gas argón tiene algún pequeño inconveniente, y es que se pierde con el tiempo. Aunque realmente la pérdida es mínima, alrededor de un 10% por cada 20 años de uso, un porcentaje que si lo analizamos bien ni siquiera podríamos llegar a tachar de desventaja. Eso sí, para que esto se cumpla es fundamental que las ventanas estén correctamente selladas.
Esperamos que este post os haya ayudado a entender mejor qué es el gas argón y qué utilidad tiene su uso en las ventanas. Al final, y como hemos comentado en ocasiones anteriores, se trata de encontrar un equilibrio entre los diferentes elementos que forman la ventana. Si nuestro objetivo es obtener el máximo aislamiento y eficiencia energética, perfil, vidrios e instalación deben ir en esa misma dirección.